Música Black Metal

El black metal es un subgénero extremo del heavy metal, que surgió a mediados de los ochenta. Se caracteriza por sus letras con tintes satánicos. Nació como expresión musical de los movimientos anticristianos que proliferan por el continente europeo, cuyo mayor impulso fue la quema de numerosas iglesias cristianas.

El Black Metal tradicional tiene características musicales bien definidas: la voz es áspera y aguda, conocida como chillido («chillido», en inglés), las guitarras son rápidas y los riffs son repetitivos, la técnica habitual es tocar y tocar el trémolo. Los beats son el recurso más utilizado en la batería, y el bajo por su parte, es un instrumento que pasa a un segundo plano y es prácticamente inaudible. En este género se prioriza la creación de atmósferas en las composiciones sobre su complejidad técnica. Por ello, la baja calidad de producción y postproducción es un elemento importante que utilizaron las primeras bandas y sigue vigente, pues, según Varg Vikernes: » Una producción demasiado limpia no podría trasmitir el sentimiento de frialdad o desolación esencial en el Black Metal »

El satanismo, ya sea simbólico o como un verdadero dogma de fe, es utilizado conceptualmente por las bandas de Black Metal como bandera de protesta e inconformismo contra el cristianismo, que ha oprimido las raíces paganas y politeístas de Escandinavia. Al ser un subgénero oscuro, los sentimientos que explora van desde el odio, el pesimismo, la melancolía y la misantropía principalmente. Asimismo, el Black Metal tiene la particularidad de ser el lado del Metal que combina y adapta con mayor facilidad estilos externos sin perder su distintivo sonido; incorporando flautas, saxofones, arpas, violines, teclados, incluso instrumentos étnicos / folclóricos, y también instrumentos electrónicos, lo que hace que estas combinaciones y evoluciones den lugar a diferentes subgéneros del mismo.